martes, 5 de marzo de 2013

CINE Y VIOLENCIA DE GÉNERO

Un tema (desgraciadamente habitual) que me preocupa, me repugna, me entristece y me causa un gran rechazo es la violencia de género. Haré una crítica social utilizando el cine para mostrar dos películas que tratan este horrible tema, y que considero casi obligatorio verlas.

En primer lugar hablaré de Te doy mis ojos, dirigida por Icíar Bollaín. Esta magnífica directora (que cuida cada plano y cada detalle con una gran sensibilidad y elegancia) crea una historia de angustia y sufrimiento doméstico centrándose en el maltrato psicológico, pero a su vez, "dibujando" al  maltratador como un ser humano que sufre y no sabe controlar sus impulsos. Son Antonio (Luis Tosar, como siempre, soberbio en cualquier papel que se le ofrezca) y Pilar (Laia Marull), un matrimonio que tiene un niño pequeño, Juan.
La primera secuencia del film nos muestra a Pilar huyendo de su casa a altas horas de la noche con su hijo de la mano, buscando refugio en la casa de su hermana Ana (Candela Peña), que se dispone a ayudarla incondicionalmente.
Antonio promete continuamente a Pilar que va a haber un cambio en su comportamiento, que todo irá bien, pero todas las promesas se rompen con un arrebato, con un grito, con amenazas, con chantajes o haciendo de su complejo de inferioridad el sufrimiento de su familia. Asiste a un psicólogo para recibir ayuda, pero parece ser en vano. Pilar desea trabajar como guía en un museo de cuadros, pero su marido la machaca y le llama inútil, que eso es para inútiles, y que lo que quiere es que la miren e irse con otros, hasta llegar a una de las secuencias finales (que no quiero contar) en la que tiene que ver un balcón. Esa escena rompe el corazón a cualquiera. Prefiero que seáis vosotros quienes la vean, pues a mí se me hace un nudo en la garganta sólo con recordarla.
Me llama la atención el contraste que existe entre ella y su hermana. Pilar vive hundida, ahogada y reducida, mientras que su hermana Ana está enamoradísima, se casa y es feliz. La madre (una extraordinaria Rosa María Sardá) hace oídos sordos y no quiere reconocer que su hija está siendo maltratada.
Cada plano, cada diálogo, cada mirada... todo en esta película es desgarrador. Es la realidad plasmada de una forma sublime. Y cuando termina te deja un sentimiento amargo en el pecho.




Fotograma de Te doy mis ojos.




Desde mi punto de vista, esta que sigue está algún nivel por debajo de la anterior (opinión personal). Hablaré de Solo mía, dirigida por Javier Balaguer. Por supuesto, lo de tratar cada sentimiento de los personajes como si fuesen cuadros de los mejores pintores aquí ya no se aprecia ni aparece. No hay metáforas, ni alegorías al miedo, ni se aprecia el alma del director denunciando un suceso, y sólo puedes llegar a penetrar en el maltratador y la maltratada, pues los personajes secundarios no juegan un rol vital como pasaba con la susodicha, ni te los llegas a creer mucho. Entonces, ¿por qué digo que hay que ver esta película? Pues por el hecho de que nos metamos en la cabeza de que la violencia física a la mujer es una triste realidad. Te doy mis ojos trata acerca del maltrato psicológico, mientras que Solo mía se centra en palizas, moratones, tirones de pelo, patadas y vejaciones.
El ver todos los tipos de violencia a los que desgraciadamente están sometidas muchas mujeres es la única justificación para ver también Solo mía a parte te Te doy mis ojos.
Es una pena, pues unos secundarios superficiales, un desarrollo descabalado, una falta de sentimiento interior por parte de Balaguer y un final desastroso "a lo Hollywood" dejan a esta película en un lugar bajo, pues pudo haber sido una obra maestra, ya que reunía los requisitos necesarios.
Al César lo que es del César; la interpretación de Sergi López como Joaquín y la de Paz Vega en el papel de Ángela son realmente admirables.



Portada de Solo mía 









               ERRADIQUEMOS ESTE HECHO DE UNA VEZ. ¡NO AL MALTRATO!







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